El pronóstico de Zen era complicado. Cuando El Campito – Salvando Peludos la rescató en una casa en ruinas se encontraba en indefensión aprendida severa. A nivel sanitario no ayudaba la situación, piel cuarteada, sin pelo, leishmania descontrolada y heridas por todos lados entre otras muchas patologías.
Pero apareció un ángel después de estar muchos meses en un chenil. Alguien que vio más allá y decidió adoptarla sabiendo que no iba a ser fácil. ¿El problema? Dos “profesionales” pasaron por su casa con muy poca empatía y ningún conocimiento de este tipo de casuísticas, llegando a recomendar métodos totalmente contraproducentes y sin sentido. Al no tener resultados en su tratamiento, ambos terminaron afirmando que “Zen no tendría arreglo y sería así para toda la vida”. Palabras que si te las dicen dos profesionales distintos, que son “los que saben” y en los que has confiado, minan la esperanza a cualquiera, incluso a un Ángel, que llega a plantearse tirar la toalla con toda la razón tras tal pronóstico.
Pero el Ángel quiso luchar y contactó con nosotros. El Ángel cargó pilas tras entender lo que ocurría y se puso manos a la obra con las nuevas pautas que no tenían nada que ver con las anteriores. El Ángel modificó el entorno, le dio el espacio que necesitaba, modificó rutinas, entendió sus necesidades y tuvo paciencia. Y Zen empezó a dejar de estar todo el día debajo de una mesa temblando para empezar a curiosear la cocina. Y zen comenzó a curiosear el pasillo mientras todos dormían. Y Zen llegó al salón por las noches en el silencio de la oscuridad. Y Zen empezó a atreverse a ir poco a poco al pasillo por el día mientras los humanos estaban en casa. Y Zen… ha llegado a asomarse al salón con humanos dentro. Y Zen seguirá avanzando, gracias a que la entienden. Gracias a su Ángel que está teniendo la paciencia y fuerza para darlo todo por ella. Gracias a ella misma por luchar por salir de ese estado, y darle otra oportunidad a ese mundo que solo le había dado sufrimiento.
Queda trabajo por delante, serán semanas, serán meses, incluso pueden ser años, pero de la pata, superará todos esos miedos.
Gracias Zen. Gracias Ángel llamada Marieta. Gracias por no tirar la toalla.
Y para el que haya leído hasta el final, espero que quede claro que:
– No existe perro que no tenga “arreglo” como dicen algunos.
– Si un profesional te dice algo similar, sea el que sea, cambia inmediatamente y pide otra opinión.
– Si un profesional, sea quien sea, te dice que provoques el más mínimo malestar, miedo o dolor a tu protegido, cambia inmediatamente.
– Si observas que el profesional no está respetando los ritmos del perro, sea el que sea, cambia inmediatamente.
– Si en algún momento lo ves todo negro, no te sientas culpable, es normal. Pero grábate a fuego: TODO-TIENE-SOLUCIÓN-CON-LA-AYUDA-ADECUADA.
Gracias a tod@s por seguir entendiendo y mejorando la vida de vuestros chuchis