He sido adoptado por unos perros desconocidos

Os voy a contar una anécdota de uno de mis últimos domicilios. Pongo en contexto.

Una familia encantadora me llama para pedir ayuda y guía con la gestión de sus chuchis (mix de guarda de humana y mix de caza) que están mostrando dificultades al quedarse solas, ademas de mostrar conductas reactivas con todas las personas y perros que se encuentran por la calle.

Iniciamos la sesión como siempre, pidiendo a la familia que de un breve paseo como lo suele hacer con normalidad, mientras yo voy a distancia observando como un paseante más, y ya posteriormente nos uniremos para realizar el resto de la sesión. Pues bien, al poco de salir, ambos chuchis iban atados… y se acerca un perro, suelto, ladrando, en trayectoria directa hacia ellos.

«No hace nada! No te preocupes!» decía el humano del perro suelto, mientras estaban discutiendo acaloradamente los otros (sin comentarios). Como era una situación que podía derivar en palabras mayores, tomé la decisión de intervenir, interponiéndome entre ellos e intentando alejar al perrito suelto hasta que su humano llegara para poder atarle («todo será que encima me lleve un bocao redirijido de los chuchis a los que estoy intentando ayudar» estaba pensando mientras les tenía a mi espalda sin conocerme de nada).

Llegó la disculpa del humano, se marchó con su perro, e iluso de mi, sin decir nada, vuelvo a coger distancia para continuar con la sesión. Mientras me alejaba, pensamientos intrusivos del estilo «Ahora me estarán ladrando todo el rato» «Estarán super preocupados de mi toda la sesión» «Ya no voy a ver nada en el paseo, van a estar mirándome sin parar»… ¿Cual fue la sorpresa? Que ambas perritas vinieron directas tirando de la correa hacia mi, pero con un lenguaje corporal tremendamente amigable y feliz. Si los perros pudieran usar el lenguaje oral, estarían diciendo mientras venían «¡¡GRACIAS Y GRACIAS Y GRACIAS!!».

Fijaos como son los perros, que con una ÚNICA exposición, puede llegar a cambiar de manera tan radical y rápida el esquema mental que pueden tener de los humanos desconocidos. Ojalá esto se generalizara y desde entonces dejaran de ser un problema para ellas (obviamente no ocurre), pero sí nos permite observar a cámara rápida cómo funciona la subjetividad canina de esquemas previos.

¡Pero esto no acaba aquí! Al rato, volvemos ya todos juntos a la casa para realizar el resto de la sesión y nos encontramos a lo lejos con una señora con bastón. Tutora avisa cuando aún la tenemos lejos «a esta mujer la ladran muchísimo siempre», lo que me permite cambiar el lugar que ocupaba en el paseo y colocarme entre la señora y «la centinela» (perrita guarda de humana). Y ocurrió la magia. Mira a la señora cuando ya está más cerca, me mira a mi que estoy colocado entre medias, y decide…. pasar tranquilamente mientras en su cabeza, si pudiéramos poner palabras, sería algo del estilo «este humano ha podido encargarse de ese perro… si me dice que se encarga de esta señora, seguro que se encarga de esa señora». Otra semilla más para la subjetividad de estos chuchis.

Situaciones de este estilo se dan muy a menudo en sesiones. Y no es que hagamos magia. «Es que contigo se comporta de manera muy diferente». ¡Normal! Siendo nuestra relación un libro en blanco, podemos construir desde un principio unas bases idílicas que en el día a día serían casi imposible de mantener. Quería compartirlo con vosotr@s, porque es tremendamente ilustrativo todo lo que ocurrió en apenas 15 minutos, y las relaciones de confianza tan grandes que se pueden llegar a construir en poquísimo tiempo (que no es lo habitual en absoluto).

El objetivo de acudir a un profesional no debería ser (bajo mi punto de vista) que trabaje con el perro. Tampoco debería ser buscar como objetivo que dejen de ladrar o discutir con perros o humanos si se dan situaciones de este estilo. El objetivo al acudir a un profesional es, ni más ni menos, que enseñe a los humanos que conviven con los perros a entender muy bien qué ocurre, qué necesidades tienen, cómo están percibiendo el mundo, qué impulsos y estrategias están apareciendo, qué papel desempeña cada miembro en diferentes situaciones, qué nos dicen los perros y cómo podemos comunicarnos mejor con ellos…. Casi nada, pero con el foco muy claro: no tenemos que «cambiar» al perro, tenemos que cambiar cositas nuestras, del entorno, y comunicarnos mejor con él. Porque al fin y al cabo… es una relación familiar.

¿Qué te ha parecido? ¿Has tenido alguna situación similar? ¡Te leo en comentarios!

2 Comments on “He sido adoptado por unos perros desconocidos

  1. Siempre te estaremos agradecidas por toda la esperanza que nos trajiste a la familia y por toda tu ayuda! Nos abriste un mundo maravilloso con nuestros peludos

    Maui, Coco y Stella son mucho más felices desde que nos enseñaste a relacionarnos con ellos mejor y a entender lo que necesitaban de nosotras! Y todo lo que nos queda por aprender 💜💜

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    • Muchísimas gracias por vuestras palabras Lucía! Tenéis una familia maravillosa. Un abrazo para l@s 5 (y otro más para l@s gat@s por supuesto)!

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