¿Pueden los perros detectar enfermedades en otros?

Spoiler de entrada, quito la intriga. Respuesta: Sí.

Llevábamos observando un par de semanas un cambio relacional entre Gon (el border de 4 años) y Ro (el podenquito de 12 años). Por las noches, subimos todos al dormitorio (menos mal que es grande) para dormir hasta el día siguiente. ¿Cuál estaba siendo la sorpresa? Que en algunos momentos, de camino al dormitorio, Gon se giraba emitiendo un gruñido sutil y levantando el belfo hacia Ro.

(¡OJO! La mayoría de los lectores ya lo sabéis, pero por si lo leyera alguien «nuevo». Cuando un perro gruñe o enseña los dientes, no está siendo agresivo. Se está comunicando. Y la comunicación es un regalo que hacen los perros, por lo que debe ser atendida SIEMPRE. En este caso, únicamente y de manera OBJETIVA le estaba diciendo a Ro que le preocupaba que durmiera con nosotros, y que se mantuviera lejos.)

Sorprendidos, nos saltaron algunas alarmas y nos comprometimos a prestar más atención a lo largo del día por «pistas» que arrojaran luz de qué estaba ocurriendo. Los días pasaron, y la dinámica se repitió en varios momentos. Días después, Ro empezó a tener una tos un poco rara.

«BINGO! El pobre se ha resfriado y por eso le estaba pidiendo que no entrara» pensamos. Al veterinario que fuimos, y nuestra sorpresa fue que no era un resfriado, sino debido a un soplo en el corazón (endocardiosis mitral) 😦

Estas semanas hemos andado con estudios cardiológicos, pruebas veterinarias, y medicación para su corazón. Afortunadamente ya está controlado, no es algo que vaya a «solucionarse», pero con la medicación y revisiones periódicas se frena bastante la evolución la patología y podrá hacer vida con normalidad (teniendo en cuenta los 13 años que va a cumplir en unos meses, ¡si es que es un yayo!).

¡Que me voy del tema! Desde que Ro está medicado, Gon ha disminuido significativamente la emisión de esas señales hacia él. ¿Qué podemos aprender de esto? Cosa que ya sabíamos, pero la vemos de primera mano. Los perros saben perfectamente si otro animal está enfermo, y a muchos de ellos, les preocupa que esa enfermedad se pueda contagiar (fitness biológico puro y duro). Una vez la patología está «controlada», perciben que deja de ser «un problema» poco a poco.

Ante problemáticas sanitarias como esta, cada perro tendrá una respuesta distinta, atendiendo de su estado emocional de ese momento, la relación de los animales, las herramientas adquiridas a lo largo de su vida, las experiencias vividas, sus impulsos prevalentes, su habilidad social, etc etc etc. No os quedéis con que cada vez que gruñe un perro indica esto ni mucho menos, ni penséis que si alguien enferma el perro se comportará así. Si el perro muestra un impulso epimelético intraespecífico alto (como es el caso de Kiss por ejemplo), igual la respuesta habría sido más de acompañamiento y protección.

Ya nos pasó que cuando Carol se quedó embarazada (las dos veces), fue Kiss la que nos lo indicó y nos «pidió» que nos hiciéramos el test de embarazo (positivo). Y en esta ocasión, Gon el que ha avisado de la enfermedad de Ro.

¡Tenemos que seguir aprendiendo a escucharles cada vez más!

Y a ti, ¿te ha pasado alguna experiencia similar con tus perros?