Escúchale..
Préstale atención…
Comunícate…
Demuéstrale que no tiene nada por lo que preocuparse de ti…
Entiéndele…
Y ese perro que ha mordido (de gravedad), no volverá a morder.
Ese perro que tenía pánico del ser humano, empezará a no tenerlo.
Ese perro que te necesita, sabrá que estás para ayudarle.
En el plano físico. En el plano emocional.
Sí, ese perro que estaba pidiendo auxilio a gritos, te permitirá hasta que le cures una úlcera con plena confianza.
Total ausencia de miedo es la clave
Pasito a pasito amigo, a tu ritmo, pero juntos.